lunes, abril 17, 2006

Proyecto A: Homo sapiens (parteIV)



-¡MALDICIÓN!- dijo Dios en su palacio- sabía que Lucifer encontraría la forma para liberarlos... ¡Regresen la cinta!- un querubín aprieta el botón de las dos flechas a la izquierda, y luego la pone en funcionamiento. Es la cámara de seguridad en la entrada.
"Gracias a esa serpiente..."
-¿Serpiente?... ¡Serpiente!- se levantó de golpe -¡Miguel! Ve con tus mejores ángeles a cazar a todas las serpientes del jardín, ese malparido no debe estar muy lejos. ¡Encuéntralo, y córtale sus extremidades para que se arrastre por la eternidad!.-
Un estruendo despertó a Luzbel, y a la distancia una bandada de aves despegaba de manera alterada. –Viene un peligro- dijo preocupado. Se acercó sigilosamente al lugar de los ruidos y vio como cientos de ángeles, armados de largas lanzas, derribaban a incontables serpientes de los árboles, para luego cortarles los brazos y las piernas. También observó a su hermano, Miguel, comandar la masacre, y con su vista de águila, no tardó en indicar hacia donde estaba Luzbel. El miedo lo invadió y comenzó a huir por senderos que sólo él conocía. Totalmente ocultos a los ojos e Dios.
Cuando pensó que ya había burlado a todos, fue su propio hermano quien lo detuvo. -¿Dónde crees que vas?-
- No dejaré que me castiguen por ser justo.- reclamó Diablo.
- Malagradecido, Dios te lo dio todo ¿por qué tuviste que desafiarlo?-
- Sus mentiras lo condenarán. Y yo sólo he hecho el primer paso para la caída de su gran imperio, que recién comenzaba a surgir. Si ningún ser celestial pudo oponérsele, los humanos lo harán-
-¡Cállate!, estás loco, no te das cuenta que ellos mismos te entregaron a nosotros, los mismos que protegiste. No son más que monos, nunca lograrán algo.-
Hubo gran silencio, y el joven ex arcángel comenzó a llorar.
Miguel se conmovió, olvidó su severidad en el rostro para convertirse nuevamente en el hermano mayor que es. Dejó la lanza a un lado y se acercó.
- Tarde o temprano, nuestras historias perderán su valor. Todo lo que digamos será recordado como un mito, o algo mucho más lejano. Concuerdo contigo al ver injusticias en el actuar de Dios, pero debo velar por el bienestar de nuestros hermanos, aún si tus acciones atentan contra ellos, deberé tomar las medidas necesarias, para detenerte.- las palabras de Miguel calmaron el llanto de Luzbel.
Unas voces se acercaban, eran los ángeles armados. Los hermanos se olvidaron completamente de ellos. Cada vez estaban más cerca.
- Vete- dijo Miguel- vete a tu reino y medita todo lo que hiciste. Si bien tu te destacas por tu amor, yo me destaco por la justicia en mis actos. Ahora te daré la espalda, huye mientras no te veo, y nunca más pongas un pie en este planeta. No te sigas involucrando en esta historia. Si lo haces, olvidaré todo vínculo familiar... y yo mismo me encargaré de ti. ¡Vete Diablo!-
Luzbel no se negó dada las malas condiciones en que se encontraba. Tomó el antídoto al elixir, y volvió a la normalidad. Se alejó del Edén hacia su reino, donde gran cantidad de ángeles lo esperaban. No estaban armados, ellos más bien se identificaron con las acciones en el palacio de Dios, las que terminaron en su expulsión del reino de los cielos. Juntos forjaron lo que se convertiría en el alter ego del cielo. Lo llamaron Infierno.
Sin contener el cariño a los humanos, fueron muchas las intervenciones de Luzbel, Diablo, o Lucifer en la historia siguiendo paso a paso nuestra evolución.

- Lo que hizo Lucifer no me detendrá. El experimento debe seguir.- Dios meditaba en su laboratorio. -Enviaré más humanos a poblar el mundo. Y los ángeles los guiarán para que sean súbditos míos. Iniciará el proyecto B: de restauración; el C: de dominación; el D: de preparación; y para finalizar, el más importante de todos, el Proyecto E: Manuel.- dicho esto un llanto de bebé rompió la meditación, venía de una de las miles de habitaciones en la inmensa mansión.

Esto no fue el fin de una historia, sino el inicio de todo.

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