lunes, agosto 28, 2006

Capítulo I: "llena el vaso..."



He escuchado cientos de veces esa frase desde que me dediqué al oficio de cantinero... pero esa noche algo era diferente. Presentía que sería tal... Miré a un lado y ahí estaba ese pobre de Paul, que de seguro olvidó como llegar a su casa, lo típico del segundo viernes de cada mes.


Aparte de él sólo estaban dos o tres sujetos... tenía pensado cerrar el local en un par de horas más esa noche y darle un aventón a Paul… lo típico del segundo viernes de cada mes. Pero mientras tanto tenía que limpiar el mostrador. Necesito encontrar una distracción, algo así para no incluirme en la lista de los vagos que tengo por clientes.


Fue entonces cuando entró ella. ¿Una mujer… en mi bar? era demasiado hermosa como para ir a parar a esta pocilga. ¿Una jugarreta del destino o mala suerte... de la más mala? Vestía un traje negro que moldeaba a la perfección su figura y sus labios bermellón besaban una y otra vez un cigarrillo, reflejo de su propia neurosis. Algo escondía.

No miraba a nadie directamente tras unos anteojos oscuros. Se acercó hasta la barra justo al lado en donde yo estaba de pie como un imbécil, pasando el paño en la misma zona del mesón una y otra vez... pero mis ojos se enfocaban en ella, aún cuando ella no me devolvía la mirada.


Invadían en mi cabeza preguntas como “de dónde era” y “cómo terminó en este antro de malparidos”. Apuesto a que ni siquiera el mismo diablo se rebajaría a visitarme. ¡Mírenlos!, escondiendo su vergüenza tras un vaso del peor y más barato vino de la casa.

Pero eso poco y nada importaba. Todo se centraba en ella. Nunca antes la había visto por aquí, nunca antes vi algo tan hermoso.


- Oye tú, en vez de mirarme como un tonto podrías darme un trago...-
torpemente reaccioné... ni siquiera respondí... le di la espalda y busqué algo digno que ofrecerle, pero nada encontraba. Fue el trago más largo que había servido en todo mi historial de cantinero... si incluso su manera de decirme “tonto” sonaba sensual desde esos labios. ¿Eso es amor?... no, no te confundas. Fue entonces cuando al girar volví a verla ya sin anteojos.
Eran los ojos más bellos que había visto... el cielo se reflejaba como si su infinito resplandor quedara atrapado en dos simples copas de cristal. Algo apagados, como si un poco de tristeza había sido derramada en ellos. Aún así, por cinco minutos me sentí testigo de un milagro.


Puse el trago en el mesón. Lo tomó con fuerza entre su mano de porcelana y de un solo movimiento vertió todo el brebaje en su garganta. Puso el vaso ya vacío nuevamente sobre el mesón. Ni una mueca de desagrado en su rostro.

-¿Un mal día?- pregunté finalmente. Ella sonrío y respondió con un "Llena el vaso" que nunca olvidaré... porque lo que a continuación ocurrió... nunca lo olvidé.

jueves, agosto 24, 2006

Último Éxodo parte I y II


Un texto que parecía olvidado... entre los viejos apuntes de mi conciencia... o sinciencia... un intento más de explicar ese deseo de angustia que nos invade a muchos... que más da... prefiero sea leído que profanado en el intento de ser escuchado.


Una letra más que ayuda a no encontrarme y a que no me encuentren porque nunca quise ser visto a los ojos menos por un animal tan desesperado como lo es el ser humano siempre envuelto en su bipolaridad... a veces rie... otras llora... no es ni bestia ni angel, aun si intenta serlo... por mucho que trate siempre será la imperfección lo que termine envolviéndonos...
perdón porque reflexiono... porque mi desquiciada mente ruega por el silencio... por haber escrito esto.


Último Éxodo 1ª Parte: La Partida

Puedo sentir los susurros que la muerte prepara para mí
Puedo ver al fantasma de mi alma indicando mi inicio y mi fin


Observándome… en el lugar donde estoy y que pronto será…
mi última morada… marcada por mis pasos y recuerdos que olvidados están.


El fantasma de mi alma se acercó y su mano me ofreció
Y mientras ascendía mis piernas lastimadas recobraron su color… su vida

Al igual que mi espalda lastimada por mis enemigos…
volvía a enderezarse por sobre su vergüenza aceptando el fatal destino.

Pronto dejará de existir dolor
Las Valkirias se aproximan hacia mí
Sobre corceles blancos en resplandor
Guían mis sufrimientos lejos de aquí.




Último Éxodo 2ª Parte: La Llegada

Y queda el tiempo perdido de mi vida terrenal
Que aún exista esperanza por mis sueños que jamás se cumplirán
Ya no importa el castigo que los gusanos callarán
Soy sólo otro testigo de la muerte que a todos visitará



No existen más caminos
en donde pueda mi alma arrastrar
El mundo queda en mi pasado
porque he atravesado la entrada a mi nuevo hogar
He llegado a mi destino
más allá de todo tipo de realidad
Más allá de túneles y juicios

mi viaje ha llegado a su final.

miércoles, agosto 09, 2006

CARNICERO


Damas y caballeros... este es otro tema de "Noise Pollution", donde mi gran amigo y partner JC se preocupó de sacrificar unas cuantas neuronas para componer los arreglos orquestales. Pero en el momento en que todo parecía estar bien, tuvo la osadía de pedir que me encargara de la letra... ¿acierto o una salida desesperada?

MÚSICA: Juan Carlos Gatica
LETRA: Jorge Reyes


E
s otro día sin tanta importancia
pero aún gritas confuso en tu rincón
tiemblan las manos la sed de la sustancia
que prometía ser escape a tu dolor


a tu dolor

A
lgunos piensan que la vida es una mierda
algunos piensan que sólo les tocó perder
caminando arrastrando sus rencores
proclamando lo que no pueden creer

no quieren ver
si hay solución
a su dolor
a tu dolor


martes, agosto 08, 2006

Tarde para seguir... Tarde para volver

Esta es una de las tantas canciones que "Noise Pollution", intentará dejar marcada en la memoria de quienes, ya de por si solo, sean abiertos de mente... que como se llama el tema.
después de un extenso debate interior, descubrí que mis neuronas están saturadas de extensa incoherencia por lo que no me le ocurrió ninguno... es raro di a luz un hijo y no sé como llamarlo... ¿El antídoto no es tan simple?... ¿Tarde para seguir, Tarde para volver?.... o simplemente ¿Track 3?...
ni idea.

Letra y Música: Jorge R. Reyes Núñez


I) Cuando el viento cambie su curso y el sentimiento vuelva a nacer
debo despertar cuanto he sufrido para evitar volver a caer

II) Si no existe más inspiración que las historias que nunca vieron el sol
es tiempo de arrepentimiento más nunca terminaré de odiar mi tonto error

Nuestras miradas jamás se cruzarán
Nuestras palabras jamás se escucharán

III) Mil kilómetros y no puedo olvidar el amargo sabor de la verdad
sé que debí decirte cuanto te ame pero es tarde para seguir es tarde para volver

Nuestras miradas jamás se cruzarán
Nuestras palabras jamás se escucharán
El veneno ya no tiene el mismo efecto
Aceptaré que lo nuestro no fue perfecto


la dosis más barata de la tienda

Ocultos de la verdad, las voces callaron para dar paso al angustioso silencio. Caras buscando respuestas en el compás de sus pasos, mientras yo sólo pensaba en una pequeña dosis... que no le hace daño a nadie.

De hecho, el otro día se me hizo imposible encontrar un poco para mí. Llegué a la tienda y me dijeron que para los de mi clase no había tal cosa, nunca me sentí tan fuera de lugar, como en ese segundo que parecía un siglo.
Entró otro tipo, con mejor disposición al diálogo. Comenzó a hablar con el dueño de la tienda un dialecto irreconocible pero que con seguridad, en un futuro no muy lejano, tendría que aprenderlo. Pero eso es otra historia.
El punto es que al cabo de un rato le vendió un poco de lo que yo quería. Pensaron que no me di cuenta, pero bastó con ver el bulto en el bolsillo del tipo al retirarse, para intuir que creían estar frente a un ciego o un imbécil, y que eso de la clase les daba licencia para burlarse de mí.

No lo soporté más. Hice un lío de los buenos, de esos que más que reconocimientos y honores... sólo recibes macanazos.
No tardó en actuar la fuerza pública, los mismos que nunca aparecieron cuando asaltaron a mi vieja o apuñalaron a mi viejo, por suerte nada grave y ahora está mejor. En cambio yo aquí y ahora recibiendo golpes por querer ser más, después de todo están entrenados para saber donde golpearme y cada una de mis debilidades.
No sé si estar orgulloso de mi actuar. No pudieron tres contra uno y tan sólo al ser cinco, lograron controlarme.
Si supieran cuan doloroso es.

Al día siguiente, no tenía luz. Seguía en ese calabozo donde el único lugar con menos olor a orina y mierda, es la puerta principal. Estaba tendido en el suelo, mi cuerpo más que entumido, paralizado por los golpes. Aún sentía el sabor a sangre en mi garganta y no importaba cuanto intentara ponerme de pie, porque los perros están dispuestos a obligarme a resbalar.

¿Qué les voy a contar a mis viejos?... la verdad por supuesto.
Entré a una tienda, le pedí al vendedor que me vendiera el más barato de su negocio, había ahorrado dinero suficiente para uno sólo. El tipo me miró de arriba a abajo o de abajo a arriba, que más da. Y me dio la negativa.

... Yo sólo quería un puto sueño.