lunes, enero 08, 2007

PREFIERO SER FEO


Hace no mucho tiempo quise probar suerte siendo esa clase de personas las cuales da gusto sentarse al lado en la micro… ser un tanto más agradable… más agradable en la primera impresión.

Primero lo primero me dije… y al ver mi rostro un tanto destartalado en el espejo decidí arrasar con cada pelo de mi barba y bigotes… que me crecían de manera disparejas. No lo había notado antes, sólo bastó con que naciera ese sentimiento de reformarse socialmente para darme cuenta lo horrible que resultaba ver mi cara de raja en cualquier parte… lo digo en serio “es parte del proceso de convertirse en adulto”… una vez que mi cara mostró su más lampiña faceta, era el turno de mi cabellera… algo debía hacer con ella… tenía sentimientos encontrados, era la primera vez que tenía pelo largo onda hippie en los setentas… en lo largo y descuidado… tuve la idea de venderlo, sacarle unos pocos pesos pues no correría la misma suerte de mi barba en el basurero. No se lo merecía.

Mi vieja revolucionaria de las flores, lloraba… mi hermano metalero decía “estás mal”. Pero yo sólo pensaba en convertirme en persona, partí en busca de quien me ayudará a tocar el cielo de los dioses o hundirme en el pantano de la discriminación social. Que va, estaba decidido a cambiar mi suerte.


Centro de estética que encontraba me miraban como si fuera una especie de troll o simio peludo sin futuro, cada uno de ellos con las respectivas viejas que aun creen que alguien se las llevará a su cama si se presentan con verdaderas obras surrealistas en sus cabezas, sin mencionar a quienes con un “puedo ayudarlo” gritando desde el otro lado del pasillo, siempre con sus manos a la altura del pecho y sujetando tijeras y peinetas tan sólo con el dedo índice y pulgar.

Que importaba el sexo o la religión que fueran, el punto es que hablaban desde lejos porque no se atrevían a tocar a alguien que no era del mundo de plástico. Y entre cejas, uno a uno (o una a una) fueron apagando mis esperanzas diciendo… “lo siento, nosotros lo pedimos todo-todo de la capital”… y daban excusas como “además con el tremendo calor-calor, hay, habría que estar loca uno para hacerse una extensión” o “es que marco no usa ese tipo de pelo para extensiones”… CTM… no se me ocurrió nada mejor que decir CTM, a lo que agregué “y que tipo de pelos ocupan entonces, ¿de caballos?”… un silencio… “si es purasangre, pero por supuesto que siii”. No lo soporté más tuve que regresar con lo poco de dignidad que me quedaba ya no lo veía tan mal eso de llevar un tiempo más mi cabellera… pero todo estaba decidido.

Era por un asunto práctico eso de cortarse el pelo… la ciencia dice que se viene un año de jotes asados, los tarotistas un año húmedo… que va, no viene al caso ahora. Además no me compró las frasecitas de que con pelo corto te ves mejor… eso da lo mismo señores, si uno nace feo muere feo… a no ser que pueda hacerse una cirugía de cuerpo y alma y se mejora… o tenga un accidente… y se empeora.

Si me preguntan, prefiero ser feo… no tengo ánimos de vivir con el stress de ser aceptado por una sociedad que cierra las puertas con prejuicios. Total, talento me sobra como para conseguir lo que realmente importa en esta vida… un turro de mugrosos billetes, pero que bonitos se verán en mis bolsillos… en fin, si igual tengo tías de confianza que le pegan a lo de los tijeretazos.

Subo a la micro y nadie se sienta a mi lado.