miércoles, abril 12, 2006

El preso y la muerte como regalo



Creo que aún podría escapar de aquí. Pero una vez que lo logre que puedo hacer... a donde ir. No tengo noción de cuantos kilómetros debo atravesar para encontrar un refugio, o si allá afuera es verano, otoño, invierno o primavera, ni si es de noche o de día. No tengo idea alguna si me encuentro en el desierto o en el ártico, a mil metros de altura o a 20 mil leguas en un viaje submarino... o incluso en el centro de la tierra. Además no puedo ver nada con esta maldita oscuridad.
Lo único que sé, es que el maldito hambre llegó puntual como siempre. Como te envidio desgraciado, te ríes de mí ¿verdad?. Gozas viéndome retorcerme en mi angustia... ¡ja, ja, ja... pero yo reiré último ya lo verás!, sé que dentro de este cuadrado apestoso mi vida puede encontrar un salida. Sé que, aún si la locura logra dominar mi mente, existirá el suficiente raciocinio para conseguir la libertad de mi espíritu.
Tiene que estar por aquí... se que lo deje en alguna parte... ya no recuerdo ni siquiera su forma... soy un invalido entre las tinieblas. Reconozco las sábanas viejas ymis propias fecas en ese rincón... que... ¿Acaso nunca han estado en un calabozo?
Un momento...¿Qué es esto? Parece una caja. Nunca antes me topé con ella. Puede ser una bomba... o quizas comida... ¡NO! Eso es lo que quieren. Quieren que la abra y me muera ¿cierto? Pudranse en el infierno hijos de perra.
Entonces finalmente lo he logrado. Todo el mundo está en mi contra... y han determinado mi ejecución. Dentro de una simple caja con cinta de regalo... no la abriré jamás. Pero puede que sea un regalo de cumpleaños... un pastel, si incluso puedo sentir su olor... no tengo idea del tiempo que llevo en este estúpido claustro... ¡no, eso es lo que quieren los bastardos! Debo desacerme de esta porquería lo más pronto posible, la arrojaré a algún rincón donde no pueda recuperarla. ¡Hasta nunca caja del demonio!
Un momento... si ni siquiera el golpe en el suelo detonó la bomba, eso quiere decir... ¡que no era una bomba... sino comida! He sido un idiota. Puedo escuchar a las ratas alimentándose... reacciona idiota y ve en busca de tu parte. Ya es tarde y las ratas han deborado todo a su paso, solo me queda lamentarme entre estas sábanas viejas.
Al mes siguiente, la puerta del antro se abre. Dos sombras se distinguen en la entrada. Mientras, en el suelo del cuarto las ratas muertas ya mostraban signos de pudrición. "Por lo visto el veneno sirvió con las ratas, espero haya tenido el mismo resultado con el desgraciado". Sin embargo el cuerpo del hombre no estaba en el suelo como las ratas, este estaba al borde de la cama con claros signos de asfixia y ya sin pulso. Alrededor de su cuello estaba una de las sábanas viejas, enrollada con un nudo que incluso las dos figuras no pudieron desatar. Aún así sonreían ante tan macabro espectáculo... lo habían logrado... estaba muerto.

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