lunes, abril 17, 2006

Del cielo al infierno un paso y viceversa


Creo que estoy madurando, ya no me interesa ver el Cartoon Network, ni comer Chocapic en las mañanas. Sólo pienso en formar una familia, comprarme un auto, una casa en la playa y dos perros labradores. Además ya no le tengo miedo a la oscuridad.
Creo que la causa principal es que mi interés por la política está creciendo cada día más, es por eso que me encuentro en pleno centro de mi ciudad con la guía telefónica en la mano derecha y anotando las direcciones de todo partido político en la zona, con la mano izquierda. Estaba en un dilema, puesto que no soy zurdo. Aún creyendo que me tenía que acostumbrar a la idea de serlo, sin descartar la posibilidad del otro bando. ¿Es todo tan confuso siempre a esta edad?.
Llegué a toda sigla que me era reconocibles gracias a los facsímiles de la PAA, perdón de la PAT... disculpen, de la PSU. Desde el PS, UDI, RN, DC, PC, PPD, WC, todos conglomerados buscadores de adherentes incluso debajo de las piedras. El último no es un partido, tuve que acudir a éste por motivos personales... no creo que valga la pena mencionarlos.
Desde el día de mi inscripción en los registros electorales, estuve consciente de que debía elegir además un punto de representación dentro de todo el espectro de partidos... ¿pero cuál?. Ahora en cada puerta que golpeo, soy recibido por una sonrisa con promesas que aseguran un futuro de dedicación, la verdad absoluta y las puertas del cielo. En el otro bando es exactamente lo mismo, futuro verdad y el cielo.
Revisé todo el diccionario partidista, pero nada me trajo satisfacción. Todo ya estaba manchado por lo vivido entre 1970 a 1990. Quedaban muchas heridas por cerrar en cada bando, heridas que mucha gente de mi edad nunca vivió, pero que aceptaron como propias. ¿Acaso mi generación tendrá que sufrir la misma separación civil.?
Sé que mi deber como ciudadano me obliga a buscar el bien común. Lo hecho, hecho está, aprendo de los errores pasados sin buscar responsables. ¿Quién soy yo para culparlos? Que importa el color de nuestros estandartes. Es tiempo de mirar al futuro, señores, no vivamos en este círculo vicioso hostigado por nuestros infiernos personales.
Está decidido, debo aceptar el papel de forjador de un nuevo ideal. Si puedo formar mi propio infierno, creo tener el derecho de formar mi propio cielo. "Hoy tuve un sueño, y en ese sueño estabas tú, y muchos como tú. Con esa sed de justicia y de tolerancia. Pero me sonreías, porque al fin tus ansias encontraban un descanso más allá de todo prejuicio, ya nada era imposible bajo el símbolo de una inmensa J, seguida por una inmensa R".
Esa es la respuesta "JR", mi propio partido... perdón nuestro propio partido. Las Juventudes Realistas dominarán la nueva era. Llegó el tiempo de asumir nuestros lugares. Porque sé que después de un gran dolor nacen las flores del amor.
¡He dicho!

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