domingo, octubre 25, 2009

La gran sinfonía

Todo debería resumirse en lo siguiente…te sientas en una esquina...
no importa si llueve
si hay sol,
tu edad,
tu color de piel,
la izquierda o la derecha,
tu credo,
tu nacionalidad,
tu dinero en migajas,
tu título universitario,
el partido del fin de semana,
tu calidad de bebedor,
los impuestos que ayer pagaste
o las deudas que aún en vida no podrás pagar,
si comprarás ese auto nuevo,
si subirá el precio de la bencina,
del pan de cada día
o el de las indulgencias a crédito,
si hoy tomaste tu medicina,
si sentarse es de "flojos",
el pelo largo o los uniformes,
si el lunes lo dejas
o que fumas para calmar los nervios
aquellos que llegan,
aquellos que van,
y aquellos que nunca vendrán,
si el del al lado roba más... o mejor
y si acaso algún dios está al tanto,
lo que alguna vez dijeron los viejos
y aquello que los más jóvenes te reprocharán,
si te has caído,
si te has puesto de pie,
si ríes,
si lloras,
si amas a alguien,
si aprendiste a olvidar,
los prestos, los vivaces, los allegros, los andantes
y finalmente los adagios
... te sientas en una esquina y aguardas en silencio. No permitas que la respiración nos contradiga, conserva el ritmo y por ningún motivo cierres los ojos.
Notarás como la ciudad respira desde su gris y monótona alma, mil sonidos que muchos mezclan con su propia piel, pero que olvidaron hace ya un tiempo, la invitación a redescubrirlos como parte de una gran sinfonía...

¿Sinfonía, cuál sinfonía?

En nuestro rostro se esboza una sonrisa, una forma sincera y piadosa para demostrarme que aún no se abraza por completo la locura.
La quietud se rompe para pronunciar desde mis labios tu respuesta

La vida.

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