lunes, abril 09, 2007

A SUELDO



"Esto es como ponerse el parche antes de la herida. Para evitar futuros plagios... registro este escrito con la unica intención de dar cuenta de mi absoluta autoría, en él y en otras adaptaciones... eso".


Me aferré a la desesperanza para retratrar mi historia. Es cuestión de negocios, entiendan que yo vivo de esto, y que cuando elegí este camino renuncié a una vida como la tuya.
no digan que no poseo sentimientos o que soy una máquina de matar. Esto de ser asesino a sueldo es un verdadero arte... y ¿qué es el arte sin sentir? me volvería un simple peon de ajedrez que tiran al frente a sacrificarse por un rey omnipotente.

Todo empezó la tarde de viernes santo. mi informante consiguió un trabajo y me citó en la catedral. Siempre elige lugares sacros para sentirse seguro, después de todo soy un asesino... no lo olviden.
Cada vez que me encuentro con él, éste lleva un abrigo negro, aún si el calor es insoportable. Me mira un segundo a los ojos y bruscamente desvía la mirada. Pobre diablo, sólo vive con miedo, si me pide que lo mate no dudaría en terminar con su patético sufrimiento.
Ahora estoy a su lado. El eco es insoportable a medida crecen los rezos y cánticos. Nunca fui muy devoto de estas cosas, es más, las veo más como una carga que un compromiso. Él traga en seco un par de veces para luego sacar su mano temblando con un sobre café del interior de su abrigo.
La rutina es la misma: limpia la garganta; tartamudea un poco; mira fijamente cualquier cosa menos mis ojos; y pregunta algo para comenzar una conversación. Después de todo, ya me ha visto desde unos cuantos años.

"¿Tienes familia?... yo tengo dos hijos...". No hay tiempo para escuchar estupideces. Me levanto, le extiendo mi mano para que se despida con los mismos nervios de costumbre. Frente a sus narices está las manos que han acabado con una ya olvidada lista de trabajos... siempre cumplen, nunca temen. Esas son mis manos y estoy orgulloso de ellas. Estoy por sobre la situación, y el estúpido este no encuentra mejor pregunta que hacer que si tengo familia... ja.
Claro que tengo familia, no nací de un hoyo en el suelo, era lo típico... una madre; un padre; un hermano mayor; un perro... ¿o era un gato?... o un ¿perro-gato?... quién sabe fue hace mucho tiempo... y yo, la oveja negra. Eso ya es parte de mi pasado. No me gusta hablar de eso... y menos con un simple informante.

Llega a su casa. deja el sobre sobre la mesa de centro de la sala de estar, tiene un mal presentimietno de todo esto... va a la cocina se prepara un trago de licor. Vuelve al living y ahi está el sobre café que no deja de mirar al asesino.
Finalmente lo abre. Un gesto de asombro y deja caer los papeles sobre la mesa sólo una fotografía queda entre sus dedos... aún no reacciona después de una hora... sólo mira la imagen como hipnotizado por ésta... "es mi hermano" dice... ¡¿en que mierda se habrá involucrado este imbécil?!

Visto de negro. Gafas oscuras. Ni un gesto en mi rostro que delate lo que está pasando por mi "por-primera-vez" confundida cabeza... "matar a mi hermano" una y otra vez... hasta que la realidad se desvanece paso a paso hacia el departamento de éste.
Sumo el hecho de que el eco de mis pisadas en cada escalón del edificio, son pequeños golpes a mis entrañas... y a mi conciencia que parecía perdida quien sabe desde cuando. aún así no pienso soltar el arma en mi bolsillo... será sólo cuestión de segundos... "es sólo otro trabajo". Maldita frase, si tan sólo ahogara el poco de cordura que me queda, no tendría problemas para dar el siguiente paso... un momento... es aquí.

Toca el timbre.
Sale su hermano.
Lo reconoce y le sonríe.
Lo abraza.
El asesino no reacciona pero termina devolviendo el gesto de afecto a su víctima.
La puerta se cierra y todo el rencor parece haber quedado afuera.

Pasé todo el día sin hablar... mis palabras se quedaron en la entrada. Me siento en un sillón, mientras que mi hermano se sienta en el sofá grande. Ninguno de los dos sabía como comezar la conversación. Mi hermano sonríe con agrado por mi visita... si tan sólo supiera... “no lo voy a hacer… no me miren así, siempre hay una primera vez para arrepentirse”. Tomé de mi trago No hay música, de hecho todo es silencio desde que entre... como si la muerte fuera paracaidista.

"Me alegra que hayas venido... me siento más tranquilo al saber que mi hermano será el tipo que me mate"...
Un momento… ¿qué dijo?. Se escucha la voz de su hermano que dice “dije que me alegro que seas tú él que me va a matar”. Tomé aún más licor.
"Qué… no te hagas el won, si sé que viniste aquí a matarme… ¿Quién crees que te contrató?... fui yo po… ya, y hagámosla cortita porque en cualquier momento llegan estos tipos". se puso de pie y se tiró en el suelo boca abajo...
Luego dirige sus palabras nuevamente a mí con un "¿Aquí estará bien?". no lo soporté más me puse de pie y caminé hacia la entrada. "¡A donde vas!" el tono de voz de mi hermano había cambiado. Me detuve, para pensar una vez más en tomar el arma y acabar con todo, sin embargo no reaccioné.
"Cumple con tu trabajo no seai’ maricón. ¿Queri’ más plata? ahí tení más" arrojó su billetera a mis pies... incluso un par de anillos de oro. "¡¿Cómo te hago entender? que si no lo haces tú, otra
bala lo hará!

Por fin salió el habla de mi boca... No voy a matarte. Iba a hacerlo pero no vale la pena… tú ya estás muerto. Además el único maricón aquí eres tu por querer que meta mis manos en tu mierda. Adios...y salí del departamento.
Bajé las escaleras... parecían infinitas... parecían obra de cuanta divina mierda me compromete a ser profesional... de que sin importar sea mi hermano o mi propia madre, tengo que enpuñar el arma de una buena vez y vaciar el cargador en el medio de sus ojos.
Sí, eso es lo que debo hacer de una vez por todas...dejarme de estas pendejadas sentimentales... ya no soy el peón de ajedrez de unos años atrás... soy el capone... el cabrón... soy un artista y nadie puede negarlo.
Retrataré mi magnánima creación con la muerte de mi hermano, la cual será reflejada en mil tabloides. Mi genio será indiscutido, además ese imbécil quiere morir... y mi trabajo es matar... no hay nada que dudar... ahora quiero que des media vuelta y que implantes un poco de plomo en la sién de tu hermano.
Así fue como en menos de cinco minutos ya estaba una vez más en el departamento de mi hermano que ya no estaba en la sala de estar por cierto, sólo un abandonado vaso de licor añejo y un poco de hielo que enmarcaban el silencio del ambiente... no lo encontraba en ningún lado. Como sombra vagué por cada rincón del departamento... sólo faltaba un cuarto por revisar... está con llave, pero bastó una patada para entrar.
La macabra escena paralizó por completo al asesino. Frente a él estaba su hermano mayor colgado, asfixiado, muerto... ni una gota de sangre fue derramada... ni un sólo sonido de trueno salió del arma que el hermanito aferraba como la única salida y el punto final de cada uno de sus trabajos. El trabajo ya estaba hecho.
Días más tarde en mi hogar, leí en algún jodido diario... de la "tragedia en semana santa". El cuerpo de un reconocido personaje, vinculado al tráfico de estupefacientes, fue hayado muerto en su departamento. La autopsia arrojó como data de muerte la noche de sábado santo. Era mi hermano... mi hermano mayor.
Suena el teléfono, su informante ha conseguido otro trabajo.

1 comentario:

polycarpa dijo...
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